Capitolo I – La missione
Era el mes de junio de 1943 cuando el coronel Stefano Selvatici, Comandante del IV Batallón Especial de policia judicial, me citó de urgencia en Mestre, cerca de Venezia, donde estaban estacionando. El jefe de la unidad, un hombre sobre los sesentas, de complexión mediana y con el pelo ya casi emblanquecido en contraste con el animo juvenil del que no carecía, estaba inquieto y chorreaba de sudor, tal vez por el calor-aire tórrido. Pues, a pesar de estar aún al entrar del verano, las nubes de humedad procedentes de la laguna volvían el aire inaguantable.
El coronel se meneaba de un lado a otro de su habitación y al verlo jadeante me di cuenta de que tenía algún asunto muy serio que le preocupaba, ya que por naturaleza era un hombre sosegado-prudente y risueño.
“Siéntese teniente Giacomo Merlin, lo que le tengo que decir necesita su tiempo. ¿ Le apetece un poco de aguardiente ? Me regalaron una botella muy especial, de Rossi D’Angera,envejecida a punto.
“Usted ha dado en el blanco Jefe, a tres cosas nunca se le puede rechazar : una copita de aguardiente para disfrutar, un licor para digerir y un vaso de gaseosa negra, por supuesto sólo el Espumador, para apagar la sed. Pero, no más un trago ya que estoy de servicio.”
“ ¿ Está bien así ?”
“ Si, Gracias. Pero ahora dígame, ¿ por qué me hizo llamar?
“ Es un asunto bastante enredado. ¿Usted ha oido hablar de Padre Pellegrino Ernetti y del aparato que él mismo inventó, juntos con doce otros científicos, que se conoce entre algunos investigadores con el nombre de Cronovisor ?
“ Si, Estoy al tanto, pero no conozco los pormenores.”
“usted es muy joven y aún no había nacido, pero ya en principios de los Cincuentas, en los ámbitos –ambientes científicos, empezó a difundirse la noticia del invento de un aparato que permitía captar los acontecimientos pasados y sus protagonistas; según dijeron, ese dispositivo podía mostrar hechos lejanos como proyecciones de películas en pantalla.
Ese invento fue atribuido a Padre Ernetti, un monje bendetín que según se contaba había trabajado con la ayuda de un equipo de científicos de fama mundial entre los más destacados Enrico fermi, un estudiante de su grupo, un premio nobel japonés, el investigador portugués De Matos y Wernher Von Braun, que inventó la V2 y fue director de la Agencia Norteamericana del Espacio, para que se entere, él que proyectó la cabina que llevó al hombre a la luna.